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El Meollo

Diente libre de liebre libre de dientes.

La vida nunca fué más dulce, ¡y nosotros con antojo de papas fritas!
Preñados por íncubos y con paladares exquisitos (sólo comemos caca de la mejor) devoraremos las papas, aún a riesgo de que el chico
nazca con la cara llena de brotes.
Se que en el fondo (obscenamente en el fondo) todos somos impresionables.
Por eso, por las dudas, nadie pregunte que come el papi de Zeus.

nestum.

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